De acuerdo con la revista Intopack, durante los próximos años la industria del packaging va a ser testigo de cambios importantes ya que hay cuatro tendencias que están cambiando el mercado, éstas son: el antipackaging, el producto a la vista, el visual packaging y el packaging ecológico.
A grandes rasgos, la primera tendencia consiste en no hacer uso de empaques y volver a las compras a granel, la segunda opta por utilizar sólo envases (semi)transparentes para que el usuario pueda tener certeza de cómo se ve el producto y la tercera prefiere empaques en los que los gráficos e imágenes sean muy apegadas al producto real.
La cuarta tendencia, el packaging ecológico es una opción que selecciona envases amigables con el planeta que puedan seguir cumpliendo con las funciones esperables de un buen contenedor. A diferencia de las anteriores, ésta es una opción que ya muchas empresas (principalmente de comida take away) han adoptado.
TABLA DE CONTENIDO
Packaging
Llamamos packaging a todos los envases relacionados con la contención o protección de productos para su distribución, almacenamiento, conservación y venta (1). Según esta definición, el packaging incluiría, además del recipiente per se, las envolturas en las que éstos puedan estar y las etiquetas comerciales que éstos puedan tener.
Un buen packaging es esencial en diversas industrias (alimentaria, de limpieza, farmacéutica, restaurantera, etc.) porque asegura la conservación y el mantenimiento de la calidad de los productos que contiene y porque aporta seguridad durante toda la cadena de distribución y venta.
Además, es importante porque a través de los contenedores, envases o recipientes se le proporciona al consumidor la información más relevante sobre el producto que comercializamos. En el caso de los alimentos, es a través de una etiqueta impresa o agregada donde se comunica su valor nutricional, su fecha de envasado y de caducidad, sus condiciones de conservación, etcétera.
Así, un envase defectuoso puede ocasionar pérdidas, incluso millonarias, tanto en las empresas productoras como en las encargadas de la logística del artículo. De igual forma, un mal packaging puede generar problemas sanitarios por incumplir con las normativas vigentes.
Materiales
Desde el siglo pasado por sus propiedades de adaptabilidad, higiene, ligereza, maleabilidad, resistencia, versatilidad y bajo costo, el plástico ha sido el material más utilizado en el packaging de todos los sectores.
Existen muchos tipos de plástico, entre ellos: el PET (polietileno tereftalato), el LDPE (polietileno de baja densidad) y el HDPE (polietileno de alta densidad). Todos, junto con algunos otros como el PP (polipropileno) o el PS (poliestireno), son utilizados todos los días en una propuesta, mayormente, de consumo y desecho.
Dicha popularidad causó una producción desmedida que acabó por generar millones y millones de envases plásticos que se convirtieron, en poco tiempo, en millones y millones de desechos plásticos que invadieron todos los ecosistemas del planeta pues no se trata de un producto degradable por acción biológica o de manera orgánica y natural.
Debido a esto, algunas empresas regresaron, incorporaron o intercalaron el uso de otros materiales como el aluminio, el cartón y el vidrio para sus tareas de packaging.
El aluminio es un metal blanco, brillante, dúctil, ligero, maleable y resistente a la corrosión por lo cual se emplea en distintas aleaciones. Además, es estéril, higiénico, impermeable, incoloro e inodoro por lo que ha sido utilizado para la elaboración de muchos envases. No obstante, pese a todas sus bondades, su generación implica una extracción de minerales no abundantes.
El cartón es un material que asemeja una hoja gruesa y rígida formada por varias capas de papel comprimido que proporciona, al mismo tiempo, liviandad y resistencia; además, a comparación del aluminio o el vidrio, es considerablemente más barato y permite la impresión en tinta fácilmente lo cual representa una ventaja en los empaques.
A pesar de las características anteriores, el cartón es permeable a grasas, líquidos y vapores por lo que si el producto a contener presenta alguna de las composiciones anteriores no es una opción para su empaquetado pues puede generar debilidad o inestabilidad en el envase y una estética pobre.
Asimismo, hay que tener en mente otras dos consideraciones. La primera es que este material proviene de la madera por lo que su uso indiscriminado necesitaría de una tala abrumadora de árboles lo que conduciría a una deforestación mucho mayor a la imperante en estos días y a una sobreexplotación de los mantos acuíferos (1).
El segundo punto es que, si bien el cartón puede reciclarse más fácilmente que otros materiales como el plástico, no todos los productos de este material tienen esta propiedad. Por ejemplo, el utilizado en envases de comida para llevar no es reciclable lo que significa que una vez usado es simplemente un desecho.
El Consejo Estadounidense de Química y la empresa Trucost estiman que los costos ambientales serían cinco veces más altos si la industria refresquera utilizara envases de aluminio, estaño o vidrio en lugar de plástico. Por eso, la mejor opción es reutilizar (2).
El vidrio es un material duro y transparente fabricado a base de silicio que se puede tanto reciclar como reutilizar; debido a esto, se ha considerado como una alternativa ante los plásticos de uno solo uso. Pese a esto, en la práctica su inviabilidad se hace evidente.
La producción de envases de vidrio requiere de más energía (alrededor del 40 % más que un envase de plástico (1) y puede ser más tóxica que la de otras opciones. Además, debido a su mayor peso, su transporte produce mayor dióxido de carbón y es más costoso.
En Modo Re te presentamos una nueva forma de consumir de manera más consciente con nuestro planeta. Visita nuestro sitio web y entérate por qué estamos convencidos de que necesitamos recuperar, reutilizar y rellenar los envases de plástico de los productos que compramos.
Packaging ecológico
El plástico, el aluminio, el cartón y el vidrio, materiales tradicionales mencionados en la sección anterior, han sido la base de la industria del packaging; sin embargo, en la actualidad y ante la crisis de contaminación que estamos viviendo, no representan la mejor opción para el consumidor y un futuro sostenible.
Por esta razón, son cada vez más las empresas y los consumidores que apuestan por un packaging ecológico (también llamado ecopackaging o packaging sostenible), es decir, por envases que con una huella ambiental menor a la de los hechos con los materiales tradicionales que puedan reutilizarse o, en caso de no ser posible, al menos reciclarse.
Además de los envases hechos con materiales amigables con el medio ambiente, el packaging ecológico se caracteriza por utilizar diversos mecanismos para comunicar su elección al consumidor que cada vez se encuentra más comprometido y preocupado por preferir opciones con un impacto social favorable en la sociedad y el ambiente.
Materiales
En la actualidad hay diversas propuestas de materiales para el packaging ecológico. Dos de las más relevantes son los bioplásticos y los monomateriales sostenibles (1).
Los bioplásticos comprenden un conjunto de materiales de base biológica o biodegradable, es decir, que se deriva total o parcialmente de recursos renovables. En la elaboración de embalajes ecológicos o empaques ecofriendly se utilizan, principalmente, los siguientes tres tipos:
- Polímeros extraídos de biomasa. Provienen de diversas proteínas (caseína, colágeno, gluten, queratina, ovoalbúmina, ovotransferencia, ovomucoide, zein) por lo que generan películas o filmes de plástico de muy buena calidad con buena barrera de aroma. Los polímeros extraídos de biomasa más utilizados son el almidón y la celulosa.
- Polímeros sintetizados a partir de monómeros. Proceden, los más conocidos, del ácido láctico que se encuentra en alimentos como el azúcar de caña y sus derivados. Las películas que se crean con éstas son parecidas al PET; además, poseen buenas propiedades impermeables y son versátiles.
- Polímeros producidos por microorganismos. Resulta de la fermentación de azúcares o lípidos por medio de la acción de bacterias. El polímero de este tipo más conocido se debe al PHA (polihidroxialcanoato), bioplástico creado en su totalidad de recursos renovables, y con un altísimo costo de fabricación.
A pesar de su composición amigable con el planeta y su noble intención, los costos relacionados con la producción de los bioplásticos son muy elevados.
De igual forma, sin un plan de reciclaje exitoso, los envases hechos de bioplásticos van a seguir siendo desechos (ya que no va a ser posible reciclarlos y van a ir directo a vertederos) y necesitarán de nuevos recursos para su creación y nuevas cadenas de producción para su elaboración. Lo anterior visibiliza el porqué estos envases tampoco son la mejor opción.
Por su parte, los monomateriales sostenibles son aquellos que provienen de un solo elemento de la naturaleza, que requieren de un menor consumo energético en todo su ciclo de producción y que tienen facilidad de reciclarse o producir cero residuos.
El packaging ecológico se ha considerado como
una medida ante la contaminación global; sin embargo,
muchos de sus materiales y procesos son costosos
o no están al alcance de todos.
Uno de los mejores ejemplos de monomaterial sostenible son las algas. Éstas se han convertido en una opción en diferentes industrias debido a que tienen la capacidad de disolverse en agua tibia (generando cero residuos) y un alto contenido de nutrientes (fibra, minerales y vitaminas). Además, son imprimibles y termosellables y poseen una vida útil de dos años sin la necesidad de conservantes.
Las microalgas monomateriales son utilizadas para crear la envoltura de varios alimentos de comida rápida como hamburguesas y hot dogs y bolsas de salsas o sazonadores. En ambos casos, se trata de una forma de ecopackaging pues son ingeribles, aunque, la segunda después de su disolución con agua tibia.
Sin embargo, esta opción está restringida a sus creadores, la start-up tailandesa Evoware por lo que no se puede acceder a información relacionada con la obtención de las algas o la formulación de las envolturas.
Hace varias décadas, el plástico llegó para solucionar un problema para el ser humano a la hora de consumir o adquirir productos pero hoy es momento de repensar la forma en la que consumimos. Conoce Modo Re y convéncete, como nosotros, de que el mejor residuo es el que no se genera.
Reutilización
Como se puede ver, a pesar de las diferentes propuestas de packaging, ya sea con materiales tradicionales (aluminio, cartón, plástico y vidrio) o más innovadores (bioplásticos y monomateriales), éstas no representan una solución perfecta para el empaquetado o envasado de productos pues todas conllevan a alguna consecuencia ambiental o requieren de inversiones muy costosas para los fabricantes.
Así pues, diferentes especialistas y organizaciones coinciden en que más que buscar alternativas para desarrollar nuevos materiales sostenibles y maximizar el packaging ecológico lo que habría que hacer es apostar a la reutilización de los envases ya existentes de materiales tradicionales. Especialmente, de los envases plásticos.
Las ventajas de la reutilización para las industrias son mucho más significativas que para los consumidores. En Modo Re queremos compartir contigo las tres que nos parecen más relevantes y que pueden ser tu mejor alternativa ante las nuevas tendencias del packaging sostenible.
La primera es una inversión mínima y un ahorro asegurado. Tu empresa sólo necesita destinar una cantidad pequeña para garantizar la recolección y limpieza de los envases ya producidos. Esta cantidad suele ser mucho menor a la que reservas, actualmente, para la producción desde cero de tus envases por lo que el ahorro es inmediato.
El Foro Económico Mundial, según información de la BBC,
descubrió que las medidas innovadoras de reutilización
podrían realmente reducir los costos de empaque
en al menos $8.000 millones de dólares al año (2).
La reutilización y no generación de nuevos envases también impacta en una reducción monetaria relacionada con las tareas de empacado (menos materiales), almacenaje (menos espacio) y venta (más consumo al tener un precio menor).
La segunda es un exposure positivo de marca y un engagement con la mayoría de los nuevos segmentos de target. Lo anterior quiere decir que si optas por hacer una transición a la reutilización de envases vas a ser mejor visto que tu competencia al menos en un sector específico de la población (los más jóvenes y los que tengan una mayor instrucción formal (1)).
El exposure positivo se traduce, en casi todos los casos, en un aumento de ventas y en una fidelización de los clientes por lo que reutilizar tus envases, plásticos o no, puede impulsar o acelerar el crecimiento de tu empresa.
La tercera opción es la consolidación como marca ecofriendly. Optar por reutilizar envases, opción recomendada por los especialistas, es una oportunidad para el afianzamiento como una empresa verde, que son las que están recibiendo mayor financiamiento de la inversión extranjera.
Modo Re
En México se producen más de 7 millones de toneladas de plástico al año de los cuales el 48 % es destinado a envases y embalajes que no son reciclados y que contribuyen a los grandes daños ambientales que estamos viviendo desde hace tiempo.
Ante esta situación creamos Modo Re. Una forma de reutilizar los envases a manera de refill que ya estás produciendo. De esta forma, tu marca o tu empresa tienen la posibilidad de ofrecer sus productos de forma más consciente siguiendo la mejor alternativa, la reutilización.
Únete a Modo Re, la plataforma que va a permitirle a tus consumidores recuperar, reutilizar y rellenar envases para disminuir la contaminación plástica en nuestro planeta.
Repiensa, recupera, reutiliza, rellena.
Referencias
- Silvia Gaznares. Estudio de nuevas alternativas de packaging sostenible para envases take away. Universidad Politécnica de Cataluña, 2021. Consultado el 24 de abril de 2022.
- Richard Gray. Cuánto costaría realmente dejar de usar envases de plástico. BBC, 2018. Consultado el 25 de abril de 2022.
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